«Los verdaderos maestros no dejan huella. Son como el viento de la noche que atraviesa y cambia por completo al discípulo sin por ello alterar nada, ni siquiera sus mayores debilidades: arrastra todas las ideas que tenía sobre sí mismo y lo deja como siempre ha sido, desde el principio.»

Peter Kingsley, En los oscuros lugares del saber

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El error de Descartes, el error de Damasio

Acabo de darle un repaso al libro El error de Descartes de Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos más sobresalientes del momento. Y todo por que sigo tras la pista de las emociones, algo de lo que el propio Damasio se ocupa en el libro. Y no sólo de las emociones sino también de la naturaleza de la mente, de la razón y de la consciencia.

Además de hacer una distinción entre emociones primarias (felicidad, tristeza, ira, miedo y asco) y emociones secundarias, cosa que ya han hecho otros investigadores, Damasio llega a la importante conclusión de que en las emociones participan o están involucradas diversas estructuras cerebrales, desde el tronco cerebral hasta el neocórtex pasando por el sistema límbico; y sugiere que proporcionan el puente entre los procesos racionales y los no racionales, entre las estructuras corticales y las subcorticales.

En la última parte del libro Damasio se ocupa del tema de la consciencia y del problema mente-cuerpo, y es en ese punto donde desde mi punto de vista Damasio fracasa estrepitosamente. Porque a pesar de que en ciertos pasajes del libro deja entrever la posibilidad de abordar todos estos temas desde una perspectiva integral y multinivel, acaba precipitándose y aterrizando sobre sus preferencias empírico-objetivas desde las cuales la mente y la consciencia no se contemplan como mucho más que un mero epifenómeno que surge de la actividad neuronal. Lo podemos comprobar cuando afirma literalmente: lo que estoy sugiriendo es que la mente surge de la actividad neuronal.

Sin embargo vuelve a poner el dedo en la llaga cuando se pregunta: ¿Por qué arte de birlibirloque una imagen del objeto X y un estado del yo, los cuales existen como activaciones momentáneas de representaciones organizadas topográficamente, generan la subjetividad que caracteriza nuestras experiencias?

Desde mi punto de vista es muy posible que esa pregunta no se pueda responder con argumentos cientifistas y objetivistas, y todo por la sencilla razón de que la propia pregunta parte del supuesto de que la subjetividad es producto de la actividad neuronal, un supuesto que puede estar totalmente equivocado. Se da por sentado que el yo surge de los ellos (hablando en términos wilberianos). Sin embargo no puede haber duda de que la experiencia inmediata de la subjetividad es de una cualidad muy diferente a la de todas las conexiones neuronales de las que se la pretende hacer derivar (en otras palabras, uno no experimenta conexiones neuronales ni representaciones organizadas topográficamente), porque no es muy difícil darse cuenta de que la experiencia simplemente es.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

En la investigacion sobre ¿que son las emociones?, para mí fue revelador el probar las flores de bach y sus efectos. Es decir, quienes tenemos aficion a la teoria podemos comprender la deriva de Damascio hacia el empiricismo que describe Fernando, esa deriva me ha sucedido a mi numerosas veces, sin embargo hay puntos de inflexion como el que menciono personalmente de probar las flores, que para mi me demostro que hay un ambito llamado emocional,muy probablemente diferenciado del gazpacho neuroquimico del cerebro.
Las sustancias tipo seroxat etc.. en cambio inciden en esa neuroquimica aunque tambien inciden en las emociones.
O sea que las sustancias a veces generan correcciones en nuestras teorias mas empiricistas.
Tambien la toma de bio bac fue para mi otro punto de inflexion
fisico y luego teorico. Pero ese es otro tema , tiempo habra de profundizar.
alex