«Los verdaderos maestros no dejan huella. Son como el viento de la noche que atraviesa y cambia por completo al discípulo sin por ello alterar nada, ni siquiera sus mayores debilidades: arrastra todas las ideas que tenía sobre sí mismo y lo deja como siempre ha sido, desde el principio.»

Peter Kingsley, En los oscuros lugares del saber

domingo, 7 de diciembre de 2008

Desayunos

Quizá no haya nada tan maravilloso como poder disfrutar de un buen desayuno tras la ventana de alguno de los cafés más emblemáticos de esta ciudad mientras la lluvia comienza a caer en la calle. Al menos eso es lo que pienso mientras esta humeante taza de café calienta mis manos.

Tal vez haya otros desayunos sublimes en otros cafés y en otras ciudades. Tal vez hubo desayunos deliciosos en otros tiempos y tal vez haya muchos otros tan exquisitos como éste en un tiempo futuro.

Sin embargo, el pequeño éxtasis y la profunda y entrañable sensación de atemporalidad que vivo mientras la lluvia continua cayendo y la gente continua paseando afuera es una demoledora prueba de que el infinito también puede ser percibido desde algo tan simple y tan cotidiano como un desayuno.

Y tal vez no necesitemos remontarnos a otros mundos, a otras épocas pasadas o anticipar otros futuros momentos. Quizá baste con comprender que cada desayuno que nos podamos tomar tras las ventanas de este café, de todos los cafés del mundo, en esta maravillosa ciudad, en cualquier ciudad del mundo, esconde el secreto que nos hará despertar a un mundo y a un Espíritu inmortal que también resplandece en nuestros pequeños universos de tazas y de croissants.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí. Aca tambien, unas leguas mas al este en esta Península, hoy volvia a respirar el aire incontaminado del mundo rural,a la hora del desayuno,y volvia a pensar en E. Bach.
Es tan sublime ese aire de la mañana, supongo que en cada rincon del planeta, que quiero imaginar o creer que esa misma sensacion condujo a E.Bach a descubrir el rocio como metodo curativo.
Ese cruce de mundos de la alborada
acrisolado en el rocio de las flores, y con la composicion de agua, sol y flor.....y quizas el 4º elemento, el elan vital que se respira en esos desayunos del mundo de que hablaba Fernando.
alex.(al oriente de Salamanca)