Como muchos de vosotros sabéis acabo de publicar un libro de cuentos titulado Rugidos de Almas, lo cual ha supuesto una magnífica aventura y un extraordinario reto personal. Lograr que una obra propia forme parte de los anales de la literatura no es algo que se consiga todos los días.
En relación a los temas sobre los que escribo diré varias cosas. Creo que esta literatura está dedicada a promover la transformación de la conciencia, porque parto de la premisa fundamental de que la conciencia es algo que puede transformarse y no sólo trasladarse (transformarse significa que la conciencia puede crecer y evolucionar desde los dominios, digámoslo así, más materiales hasta los más espirituales mientras que trasladarse significa cambiar meramente de contenidos dentro de una conciencia plana y unidimensional, algo a lo que por cierto una gran parte de la literatura mundial está dedicada).
Haber escrito este libro no es algo que he hecho porque simplemente pasaba de largo por la avenida de la literatura y, bueno, se me ocurrió la idea de refilón como algo a lo que dedicarme en mis ratos libres. Decididamente no, no es eso. De hecho uno de mis objetivos vitales es terminar con la insidiosa separación entre lo que solemos llamar tiempo de trabajo y tiempo libre. Precisamente escribir es una de esas cosas que me permite olvidarme de esa frontera artificial entre esos dos aspectos de la vida. Por tanto contemplo el arte de escribir como una parte integral de mi estar y de mi ser.
Precisamente escribir este libro me ha permitido descubrir que si hay una vocación en mí que destaque por encima de las demás o que simplemente integre, como dije antes, todos los aspectos de mi vida esa vocación es la de ser escritor, pero escritor de una literatura de transformación de la conciencia, porque aquello que transforma me transforma.
Soy muy consciente de la dificultad que supone adentrarse en el mundo literario, sobre todo para un principiante absolutamente desconocido en esos círculos, y mucho más la dificultad que supone vivir de ello, sin embargo es exactamente eso lo que deseo hacer. Puedo decirlo más alto pero no más claro: DESEO VIVIR DE LA LITERATURA porque ese es mi auténtico trabajo y una verdadera vocación.
Estoy seguro de que muchos me tacharéis de iluso, sin embargo repito lo mismo, deseo dedicarme a escribir. Para ello tengo algo así como un plan, una estrategia, que puedo resumir en una sola palabra: INSISTIR, y después seguir insistiendo, y después de todo eso seguir insistiendo, y así sucesivamente.
No me faltan posibles historias que contar. Ahora mismo tengo seis o siete ideas que muy bien podrían traducirse en otros tantos libros. No, sinceramente no he escrito este libro porque simplemente me aburría (porque, tengo que decirlo, a veces me da la impresión de que mucha gente piensa que ha sido así, como si hubiera sido un pequeño experimento o una especie de capricho sin importancia), lo he escrito porque estoy convencido de que nos acercará a todos, y a mí el primero, a la conciencia trascendente, al éxtasis, al milagro, o simplemente a la divinidad.
En relación a los temas sobre los que escribo diré varias cosas. Creo que esta literatura está dedicada a promover la transformación de la conciencia, porque parto de la premisa fundamental de que la conciencia es algo que puede transformarse y no sólo trasladarse (transformarse significa que la conciencia puede crecer y evolucionar desde los dominios, digámoslo así, más materiales hasta los más espirituales mientras que trasladarse significa cambiar meramente de contenidos dentro de una conciencia plana y unidimensional, algo a lo que por cierto una gran parte de la literatura mundial está dedicada).
Haber escrito este libro no es algo que he hecho porque simplemente pasaba de largo por la avenida de la literatura y, bueno, se me ocurrió la idea de refilón como algo a lo que dedicarme en mis ratos libres. Decididamente no, no es eso. De hecho uno de mis objetivos vitales es terminar con la insidiosa separación entre lo que solemos llamar tiempo de trabajo y tiempo libre. Precisamente escribir es una de esas cosas que me permite olvidarme de esa frontera artificial entre esos dos aspectos de la vida. Por tanto contemplo el arte de escribir como una parte integral de mi estar y de mi ser.
Precisamente escribir este libro me ha permitido descubrir que si hay una vocación en mí que destaque por encima de las demás o que simplemente integre, como dije antes, todos los aspectos de mi vida esa vocación es la de ser escritor, pero escritor de una literatura de transformación de la conciencia, porque aquello que transforma me transforma.
Soy muy consciente de la dificultad que supone adentrarse en el mundo literario, sobre todo para un principiante absolutamente desconocido en esos círculos, y mucho más la dificultad que supone vivir de ello, sin embargo es exactamente eso lo que deseo hacer. Puedo decirlo más alto pero no más claro: DESEO VIVIR DE LA LITERATURA porque ese es mi auténtico trabajo y una verdadera vocación.
Estoy seguro de que muchos me tacharéis de iluso, sin embargo repito lo mismo, deseo dedicarme a escribir. Para ello tengo algo así como un plan, una estrategia, que puedo resumir en una sola palabra: INSISTIR, y después seguir insistiendo, y después de todo eso seguir insistiendo, y así sucesivamente.
No me faltan posibles historias que contar. Ahora mismo tengo seis o siete ideas que muy bien podrían traducirse en otros tantos libros. No, sinceramente no he escrito este libro porque simplemente me aburría (porque, tengo que decirlo, a veces me da la impresión de que mucha gente piensa que ha sido así, como si hubiera sido un pequeño experimento o una especie de capricho sin importancia), lo he escrito porque estoy convencido de que nos acercará a todos, y a mí el primero, a la conciencia trascendente, al éxtasis, al milagro, o simplemente a la divinidad.