Al hilo de lo comentado sobre Ferrer me parece interesante resaltar uno de los temas a los que se refiere en su obra. Se trata del narcisismo espiritual, según él uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta todo buscador espiritual, algo de lo que yo mismo me he quejado. Transcribo algunas de las líneas de Ferrer sobre este punto:
Por narcisismo espiritual entiendo un conjunto de distorsiones del camino espiritual relacionadas entre sí, como la inflación del ego (el engrandecimiento del ego alimentado por las energías espirituales), la absorción en uno mismo (la preocupación excesiva por el propio estatus y logros espirituales) y el materialismo espiritual (la apropiación de la espiritualidad para reforzar formas de vida egoicas). Tal como lo veo, el hilo común que une todas estas trampas es lo que llamo narcisismo espiritual (es decir, el mal uso de las prácticas, energías o experiencias espirituales para reforzar formas egocéntricas de existencia). Los principales síntomas del narcisismo espiritual son, entre otros:
Un frágil sentido de poder personal y de amor propio.
Preocupación por comparar el nivel espiritual en el que uno se encuentra.
Hablar constante y repetidamente de las experiencias y logros espirituales propios.
Una fuerte necesidad de reafirmación positiva y de alabanza.
Inquietud por ser especial, afán de ser elegido para algún propósito espiritual distinguido o ser el preferido o preferida de algún maestro o maestra espiritual.
Una idealización o demonización extrema de los maestros espirituales.
Graves dificultades para trabajar con figuras de autoridad.
Una susceptibilidad exagerada y una postura defensiva contra cualquier tipo de crítica.
En fin, como fácilmente podemos reconocer, todas éstas son cosas con las que habitualmente podemos toparnos en determinados círculos y en determinadas situaciones. Así pues me parece que no está de más tenerlas presentes de vez en cuando.
Por narcisismo espiritual entiendo un conjunto de distorsiones del camino espiritual relacionadas entre sí, como la inflación del ego (el engrandecimiento del ego alimentado por las energías espirituales), la absorción en uno mismo (la preocupación excesiva por el propio estatus y logros espirituales) y el materialismo espiritual (la apropiación de la espiritualidad para reforzar formas de vida egoicas). Tal como lo veo, el hilo común que une todas estas trampas es lo que llamo narcisismo espiritual (es decir, el mal uso de las prácticas, energías o experiencias espirituales para reforzar formas egocéntricas de existencia). Los principales síntomas del narcisismo espiritual son, entre otros:
Un frágil sentido de poder personal y de amor propio.
Preocupación por comparar el nivel espiritual en el que uno se encuentra.
Hablar constante y repetidamente de las experiencias y logros espirituales propios.
Una fuerte necesidad de reafirmación positiva y de alabanza.
Inquietud por ser especial, afán de ser elegido para algún propósito espiritual distinguido o ser el preferido o preferida de algún maestro o maestra espiritual.
Una idealización o demonización extrema de los maestros espirituales.
Graves dificultades para trabajar con figuras de autoridad.
Una susceptibilidad exagerada y una postura defensiva contra cualquier tipo de crítica.
En fin, como fácilmente podemos reconocer, todas éstas son cosas con las que habitualmente podemos toparnos en determinados círculos y en determinadas situaciones. Así pues me parece que no está de más tenerlas presentes de vez en cuando.
0 comentarios:
Publicar un comentario