Mañana gris de domingo.
Me hago, entre otras, la misma pregunta que se hace Thomas Nagel en su libro Una visión de ningún lugar: ¿cómo es posible que una de las personas que hay en el mundo sea yo?
Parece más bien un koan zen.
En el zazenkai de hoy no he estado especialmente inspirado, demasiado murmullo en las neuronas.
Mi estómago está vacío. Me tomo dos castañas.
También me pregunto cómo continuar con la investigación transpersonal. Creo que no se trata sólo de psicología, y a buen seguro de mucho más que de simple empirismo psicológico.
La filosofía entra en juego. En particular, Eugenio Trías (http://eugeniotrias.com/), uno de los filósofos más importantes de este país.
Lo digo porque hace unos meses leí uno de sus libros, y porque hablar del alma y del espíritu, como él hace, significa referirnos a cosas que están más allá o más acá de lo personal.
A los investigadores transpersonales no les vendría mal echar un vistazo a su obra.
¿Cuándo empecé a ser?
Me temo que no hay respuesta para muchas de estas preguntas. Me tranquiliza el hecho de saber que el otoño aún es largo y que en cualquier momento podré calentarme las manos con un cucurucho lleno de castañas calientes, quizá esta misma tarde.
Me hago, entre otras, la misma pregunta que se hace Thomas Nagel en su libro Una visión de ningún lugar: ¿cómo es posible que una de las personas que hay en el mundo sea yo?
Parece más bien un koan zen.
En el zazenkai de hoy no he estado especialmente inspirado, demasiado murmullo en las neuronas.
Mi estómago está vacío. Me tomo dos castañas.
También me pregunto cómo continuar con la investigación transpersonal. Creo que no se trata sólo de psicología, y a buen seguro de mucho más que de simple empirismo psicológico.
La filosofía entra en juego. En particular, Eugenio Trías (http://eugeniotrias.com/), uno de los filósofos más importantes de este país.
Lo digo porque hace unos meses leí uno de sus libros, y porque hablar del alma y del espíritu, como él hace, significa referirnos a cosas que están más allá o más acá de lo personal.
A los investigadores transpersonales no les vendría mal echar un vistazo a su obra.
¿Cuándo empecé a ser?
Me temo que no hay respuesta para muchas de estas preguntas. Me tranquiliza el hecho de saber que el otoño aún es largo y que en cualquier momento podré calentarme las manos con un cucurucho lleno de castañas calientes, quizá esta misma tarde.
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