«Los verdaderos maestros no dejan huella. Son como el viento de la noche que atraviesa y cambia por completo al discípulo sin por ello alterar nada, ni siquiera sus mayores debilidades: arrastra todas las ideas que tenía sobre sí mismo y lo deja como siempre ha sido, desde el principio.»

Peter Kingsley, En los oscuros lugares del saber

sábado, 9 de enero de 2010

Más espritualidades

De vez en cuando compro en Amazon. A veces se encuentran libros interesantes que no han sido traducidos al castellano. Es el caso de The Primal Wound: Transpersonal View of Trauma, Addiction and Growth. Me interesa porque sus autores parecen basarse en la Psicosíntesis de Assagioli para dar cuenta de un posible desarrollo transpersonal con patentes reminiscencias primales en un sentido janoviano. Pero también porque la visión de Assagioli es una de las visiones transpersonales que a primera vista más puede conectar con el trabajo de Edward Bach.

Y establecer ese tipo de conexiones y paralelismos es una de las cosas que a mi juicio más necesita la terapia de Bach. De hecho creo que la terapia con Flores de Bach necesita ser psicologizada en un sentido estricto. A fin de cuentas se trata simplemente de eso, del cuidado y del tratamiento del alma, que es lo que pretende la terapia con Flores y cualquier otra psicoterapia que se precie.

También me he hecho con Sacred Science: Person-centred Inquiry into the Spiritual and the Subtle de John Heron, un autor que aboga por una espiritualidad participativa lejos de los dogmas y de las tradiciones preestablecidas y que puede parecerse a los planteamientos de Ferrer. Todo sea por tener una perspectiva más amplia de la espiritualidad y por salir de las fronteras de los autores populares que todos conocemos. Veremos que podemos sacar de todo ello.

jueves, 7 de enero de 2010

Toneladas de práctica, gramos de teoría

Esa sigue siendo la tónica dominante en este comienzo de año. Porque en el contexto del hatha yoga casi todo es práctica: “Vale más un gramo de práctica que toneladas de teoría”. Se ha popularizado tanto esta máxima de Sivananda que creo que verdaderamente a muy poca gente (incluidos la mayor parte de los profesores de yoga que conozco) le interesa la filosofía del hatha yoga o el hinduismo.

Pero eso sólo es una opinión de uno de los hatha yoguis más importantes de los últimos tiempos, algo con lo que estaría en completo desacuerdo Sankara, quien por muchos es considerado el filósofo y sabio más importante de la historia de la tradición hindú.

Por supuesto que es importante la práctica, pero en mi opinión al tirar por la borda la teoría también tiramos, en una lamentable confusión, algunas cosas sumamente valiosas, cosas como el pensamiento lúcido y creativo, la racionalidad visionaria o una actitud crítica ante todas las modas antiintelectuales que se nos venden como si fueran lo mejor. Así pues, la sivanandina falta de validez de la teoría se entiende en muchos casos como una aversión a pensar y como la necesidad de deshacerse de una manera o de otra de ese "sucio intelecto" que nos impide paladear el sabor de los mundos verdaderamente espirituales.

Lamentablemente todo ello no suele traducirse en otra cosa que en no saber pensar. Paradojas de la vida, porque a mi juicio esas palabras de quien fuera uno de los abanderados y difusores del hatha yoga en Occidente han contribuido más que ninguna otra cosa a sembrar la arena yóguica de muchas prácticas superficiales y de un recelo y un vacío de diálogo continuo, contribuyendo de ese modo a deslegitimar la sabiduría de una tradición de milenios.

¿Será que a mayor amplitud (más practicantes y más estilos yóguicos) la profundidad (más sabios) disminuye? Me inclino a pensar que la respuesta a esta pregunta es afirmativa.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Trans-personal

Ya que parece que el interés en lo transpersonal va en aumento quisiera indicar, como ya he hecho en otra ocasión, que una de las introducciones más interesantes al tema es la de Michael Daniels. Su libro Sombra, Yo y Espíritu (Kairós) nos ofrece una visión de conjunto y un acercamiento a las perspectivas de algunos de los autores transpersonales más importantes, desde Jung a Wilber pasando por Assagioli, Grof o Washburn. A partir de ahí uno puede bucear en una u otra dirección.

Como muchos sabréis Wilber es el autor más influyente en este campo. Sin embargo no faltan críticas a su sistema en la obra de Daniels. En este sentido también puede ser muy interesante echar un vistazo al libro de Jorge Ferrer Espiritualidad Creativa (Kairós) (Revisioning Transpersonal Theory). De hecho es posible que Ferrer sea uno de los críticos más fuertes de Wilber. A mi juicio ese hecho, unido a que no deja de tratarse de una autor español, es suficiente para acercarse a su trabajo.

Además de estos dos autores yo particularmente siento simpatía por Assagioli. Y aunque probablemente no es el más reconocido de todos ellos tal vez pueda brindarnos algunas claves para atacar el asunto de lo transpersonal y de la espiritualidad desde otros puntos de vista tan interesantes como el de Wilber.

No sé si hay críticas más o menos acertadas al trabajo de unos y otros, para eso probablemente será necesario profundizar mucho en ellos, algo que por cierto yo no he hecho (o al menos no he profundizado lo suficiente). Lo que está claro es que los asuntos y los matices que cada uno de ellos subrayan pueden brindarnos, y de hecho nos están brindando, una extraordinaria oportunidad para incorporar lo espiritual a nuestras vidas.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Qué supone publicar un libro?

Para empezar tengo que decir que escribir un libro es un trabajo como otro cualquiera. Yo, al menos, así me lo tomo. Por tanto, y como ya he dicho en alguna otra ocasión, todos los que piensan que esto de publicar libros no es más que un capricho pasajero o una especie de pasatiempo al que me dedico en mi tiempo libre están totalmente equivocados.

De hecho se puede convertir en un trabajo realmente duro. Por ejemplo, uno necesita unas cuantas horas al día durante unos cuantos meses para completar la redacción de todo el texto, como ocurrió en el caso de Vibhuti y en el caso de Rugidos. Lo cual quiere decir que uno tiene que ser bastante disciplinado en las pocas horas que puede tener disponibles. Yo acostumbro a escribir por las mañanas, que es cuando mi mente está más fresca.

Después de haber dejado reposar todo el trabajo durante una temporada llega el momento de enfrentarse a la ardua y laboriosa tarea de pulir el texto. Y ésta es una tarea verdaderamente minuciosa en la que es necesario leer una y otra vez toda la obra tratando de rastrear todos los posibles errores. La corrección de estilo es sumamente importante y, desde luego, será una gran suerte poder contar con algún profesional que pueda ayudarnos.

Por si esto fuera poco la casi imposible tarea de encontrar una editorial que quiera publicar nuestro trabajo puede llegar a ser desesperante. Con las editoriales más conocidas y poderosas es mejor no molestarse, jamás leerán nuestros manuscritos. Así pues, debemos apostar por las editoriales pequeñas (es lo que he hecho con Vibhuti) que apuesten por autores totalmente desconocidos, como es mi caso.

Y cuando ya tenemos la criatura entre las manos nos damos cuenta de que tan sólo hemos llegado a la mitad de nuestra aventura. La segunda parte consiste en vender el libro, lo que significa que tenemos que organizar unas cuantas presentaciones en distintos lugares (con Rugidos hicimos nueve en total), lo cual implica hacer otros tantos viajes con el correspondiente gasto económico.

Y si bien uno se llena de entusiasmo en muchos momentos de todo ese proceso también es cierto que a veces todo el esfuerzo puesto en juego no se ve recompensado como uno quisiera o como uno se lo había imaginado. Desde luego la venta no es fácil. Soy muy consciente de que no es muy habitual que uno compre libros de un autor desconocido. Como ya he dicho en otro lugar somos una pulga en medio de los rugidos de la literatura, pero al menos nos quedará la satisfacción de proclamar a los cuatro vientos nuestras artísticas, integradoras y espirituales intenciones.