«Los verdaderos maestros no dejan huella. Son como el viento de la noche que atraviesa y cambia por completo al discípulo sin por ello alterar nada, ni siquiera sus mayores debilidades: arrastra todas las ideas que tenía sobre sí mismo y lo deja como siempre ha sido, desde el principio.»

Peter Kingsley, En los oscuros lugares del saber

sábado, 6 de junio de 2009

Microrrelatos IV

Finalmente para ver mi libro de microrrelatos tendremos que esperar hasta finales del verano. Lo cierto es que las cosas se han alargado más de lo previsto. Así pues, os dejo con una nueva entrega de estos minicuentos.

LAS BOLAS DEL ENANO

Aún no he estudiado el Tarot, pero os aseguro que algún día lo haré. Conozco de pasada los arcanos mayores. Me pregunto cómo sería un posible arcano veintitrés, aunque dudo que pueda caber una nueva imagen en ese mazo si nos ceñimos al número en la cábala y en el alfabeto hebreo. Pero imaginando puedo ver a un pequeño duende con gorro de cucurucho y con polainas transportando un carretillo que contiene bolas de colores, tal vez frutas o huevos. Nos mira con curiosidad mientras camina sujetando la carreta pero no hay ninguna emoción en su rostro. Parece querer comunicarnos que en cualquier momento va a desaparecer. Está dando un paso firme, un pie delante del otro. Son pies pioneros, se dirigen a alguna meta nueva y desconocida, pero no tiene miedo. Transportar esas bolas es su misión. El es el señor de los pioneros, de los precursores, pero no tantea a ciegas. Se ha instruido en numerosas artes, especialmente en el transporte de carretillos de ese tipo. Su conocimiento es humilde, se fundamenta y se consolida en esos pasos decididos. La tarea del transporte de esa materia, bolas desconocidas que son también un tesoro o una sorpresa, es el trabajo pesado de los peones, pero lo sabe llevar con la dignidad de un rey. Eso sacraliza su obra, le da valor y a él lo eleva al rango de los enanos divinos y de los maestros.

Yo dibujé a ese enano en el parvulario, fue mi primer dibujo. Mi maestra me castigó por atreverme a hacer mía aquella imagen, pues la pinté sin que me lo pidiera. Ahora me doy cuenta de que siempre amé aquel retrato, en él se mostraba mi cara. Poco a poco me voy descubriendo como el protagonista de una historia más alta en la que se transportan algunos regalos para las almas. He crecido más que aquel gnomo. Lo imito, pero sin la necesidad de chalecos de colorines ni de babuchas. Botas sí, pero las apropiadas para levantar ese carro lleno de piedras redondas con las que construiré mi casa. Encontraré el naipe secreto al atravesar su futura puerta.

sábado, 23 de mayo de 2009

Michael Daniels

Definitivamente el mundo de lo transpersonal parece ser una caja llena de sorpresas. Cuando todos creíamos que los pensadores más brillantes en este campo y las universidades y centros que ofrecían algún tipo de formación en ese terreno estaban al otro lado del charco, apareció Daniels para dar más peso al lado europeo de la balanza. Si no lo conocéis os recomiendo la lectura de su libro Sombra, Yo y Espíritu.

Bastará decir que Daniels lidera el único programa europeo que ofrece, en forma de master, una formación en Psicología Transpersonal. Se trata de la Liverpool John Moores University (LJMU), centro al que pertenece. A mi juicio su libro es posiblemente uno de los libros de Psicología Transpersonal más importantes que pueden encontrarse hoy día en el mercado. En él Daniels pasa revista a todas las teorías más importantes en el campo de lo transpersonal además de ofrecernos su propia visión. Lo siento, pues, wilber fans, Ken pierde puntos.

sábado, 9 de mayo de 2009

Signatura, Trauma del Nacimiento y Flores de Bach

Aquí tenemos lo que parece ser un nuevo eslabón perdido entre la Psicología y las Flores de Bach, lo cual siempre es una buena noticia. Se trata de la posible relación entre los 12 sanadores (los primeros 12 remedios que Bach descubrió) y determinados traumas del nacimiento.

La relación ha sido propuesta por Jordi Cañellas en su libro Cuaderno Botánico de Flores de Bach. Desde luego dicha relación podría contribuir positivamente a tender un puente entre la Terapia Floral y la Terapia Primal propuesta por Janov. En palabras del propio Cañellas: Las 12 personalidades o tipologías descritas por Bach a través de los 12 sanadores, a la luz de la signatura, podrían asociarse a 12 traumas que condicionan el fluir en las vidas. Son aquellos aspectos ocultos y primigenios [y, por tanto, inconscientes] que marcaron nuestra existencia y nos condujeron a expresarnos en 12 formas básicas de carácter (y 12 signos astrológicos).

Al margen de esas consideraciones, el libro, y casi todo el trabajo de Cañellas, se basa en el controvertido y problemático asunto de la signatura, una teoría (precientífica desde muchos puntos de vista) recuperada por Paracelso y que se basa en la idea de que las plantas portan los signos (formas, tamaños, colores, etc.) que determinan sus virtudes.

Podéis encontrar algunos artículos de Cañellas y algunos links interesantes en
www.eljardidelesessencies.com

viernes, 24 de abril de 2009

Del Cosmos al Kosmos. De Sagan a Wilber

Acabo de recibir un nuevo boletín de EnlightenNext en el que nos sugieren el cambio de la C por la K, una idea sugerida inicialmente por Ken Wilber a través de la que pretendía recuperar el sentido inicial que los griegos le habían dado a ese término. A mí me parece una idea brillante, así pues, la aplaudo y me suscribo completamente a ella.

Transcribo el texto íntegro de este último boletín por si puede ser de alguna aclaración.

A Kosmic Concept
Charting a new future demands a new vocabulary. Over the years, we've adopted many terms into our EnlightenNext lexicon that we've found illuminating, clarifying, and useful in the quest to define the contours of a new evolutionary worldview. Here's one of them:

Kos.mic adj.
1. Of or relating to the Kosmos—the multidimensional evolving Totality of existence, encompassing not only the physical but also the biological, emotional, mental, psychic, and spiritual domains.
“The Cosmos is all that is or ever was or ever will be.” Thus began the famed astronomer Carl Sagan's majestic 1980 television series, Cosmos. The epic grandeur of Sagan's Cosmos—suffused with “billions upon billions” of planets, stars, and galaxies—captivated the imagination of viewers everywhere. But despite the almost sacred reverence for existence that permeated the series, some still took issue with its strictly scientific bias, finding little room for spirit or the transcendent in Sagan's naturalistic worldview.

Fifteen years later, the integral philosopher Ken Wilber issued an 800-page response to concerns such as these. Titled Sex, Ecology, Spirituality, Wilber's grand tome argued for a more holistic conception of the universe—one that would honor the profound revelations of science and religion alike—which he called “the Kosmos” (retaining the “K” from the Greek). So when we use the term “Kosmos,” it's not only to affirm our appreciation for Sagan's extraordinary universe but also to restore the spiritual depth and transcendent mysticism that the ancient Greek philosophers, who coined the word, duly acknowledged and revered.